La gente que odio
se pasea por soleadas calles
y floridas avenidas:
No les interesa mi rabia:
caminan como dioses borrachos
a la vera de cada mar:
La gente que odio
canta tan hermoso canto
desprende tan bella fragancia:
Dejan hijos en cada Norte y cada Sur
y sus hijos son copias
de su grandeza:
La gente que odio
deja limosnas de su vida en mi vida
y yo las como hambriento;
mi ira se cierne sobre ellos,
una sombra de su sombra,
y la gente que odio me sonríe,
feliz.