29.11.16

Dios te salve, cómputo

Un minuto más tarde se pensaron muertos:
Vivos no podían ajustarse los huesos:
Asustados se perdieron el miedo:
Endiosados crearon las puertas:
Dos fallos en el sistema, dos fantasmas en la luz:
Dos rendidos sin guerra, dos polvos sin tierra:
Dos rimas en un poema objetivista, dos gatos en una caja:
Dos dos sin sumar, dos pies de distintas huellas:
¿Y quién los supo? ¿Quién los transplantó?
¿Quién les dijo que amar era estar lleno de distancia?
¿Quién nombró amor por sobre toda cosa viviente
mientras dos desconocían el verbo,
mientras dos no distinguían una sombra,
una sombra sola que venía de dos?

Un minuto más tarde alguien los escribió,
pero uno y uno sólo podían numerarse
en el dolor de ser dos.

23.11.16

Adiós, poesía

Cuando ni las palabras alcanzan, alguien dijo que se justificaba
la existencia de la poesía:
Esto es un claro error, es infavalorar la perspicacia del que todo lo nombra:
Y ¿dónde estuviste? ¿Qué viste? ¿Dónde viviste?
En un mundo sin palabras, vi un mundo sin lenguaje, viví lo silente:
Un adiós nunca es para siempre, ni siquiera es un adiós:
Es una excusa para dejar algo
y tener a dónde volver:
Pero si ese algo es tan abstracto que no puede siquiera formarse
en una esfera de titanita centelleante, o una calle inflamada,
¿Cuál es la excusa? El engaño, se supondría:
Como cualquiera en su rutina perruna, esto no es diferente:
Engaño e ilusiones falsas, para creer que algo nos espera:
En fin, sin inteligencia o inspiración mucho no se puede,
pero claro está que puede fingirse, como ya dijo Borges:
Y acá estoy, fingiendo desesperado,
pues una noche cerrada, una noche amenazante,
me dijo en sueños:
"Serás poeta o no serás nada":

Ignoró, quizás, que yo simplemente paseo
en el medio de dos términos tan relativos.