23.4.17

La bailarina

Cómo la rósea superficie del cielo
cayera cual piedra imantada al sol
que resuella como animal en el agua:
Si de preferidas diosas cubriera
el manto ígneo de la rosa
toda cabeza mortal y sin ciencia:
A la nominación simple es del juego
lo que es de aquella inflamada hembra
una mano abierta en la belleza dolida:

Como no supiera yo sostener mi otro,
te sublevo en mi marea de muerte ajena,
mientras sola bailas en tu soledad mía,
mi soledad otra sólo tuya.

17.4.17

18 de Abril de 2017

No sé más que de palabras,
 para el resto de lo que se asume como vida soy inútil 
o demasiado perplejo, 
asi que palabras te regalo,
 hermano.

No recordamos el espacio que ocupamos alguna vez,
al menos no como hogar u origen, sino como olvido:
Un agujero más en la pared donde nadie midió nuestro cuerpo:
Tu rostro todavía de sangre metido en mi ojo,
tus dulces dedos de algodón enredados:
tu cabeza dormida entre los jardines de hierro:
Vuelves a donde fuimos, regresas sin ser,
eres la aguja helada de un mediodía,
sin espera esperado:
Si eres, no me quedan orígenes,
si no eres, no me quedan regresos:
Nada sobre ajenos osarios nos levantará
de la tierra en la que se nos juntaron los llantos:
Injustos años de vengaza,
oscuros días sin dios:
Pero como el viento se filtra
por las grietas de la piedra triste,
así se filtra nuestra carne
entre décimos dolores y la rígida locura,
carne de la música viva,
de la música que pende de tu duda:
Y metidos en los rincones finales
de todo aquello que late en las telas de otoño,
resonamos como un grillo incierto,
como un coro de montañas paralelas:
Escribo nuestra historia con la sangre en las uñas,
entre la náusea de la noche
y la marisma de ratas que yace bajo nuestra adultez:
Escribo nuestra pena con agua en la consciencia:
Desbordado por tus verdes ojos dormidos
despiertos ante un sol de antaño,
musical ritmo de tu duda
pendiendo en todos los trozos,
rugiendo en la belleza de los años.

16.4.17

Ideal

Si la búsqueda girara
en el núcleo de lo perdido:
estaríamos tallando
nuestros cadáveres:
en bellas cuevas perdidas:
Pero lo buscado gira
hacia lo inédito y en vano:

Piedra a piedra,
nada ha encontrado nadie
más allá de sí mismo.

Lo inacabado

Vinieron por perdón y algo de piernas,
pero fueron expulsados por la ira:
Nada de celos ni caballos ni edades,
aún todo será la medida del profeta:
Y si nadie pudo jamás detener el tiempo
fue por falta de presencia:
O la sombra en la garganta,
un yo ahogado en la garganta del ahogado:
Sin presumir se volvieron los dioses
con anillos de rodio y dientes de hombre:
Vida en la noche y la canción perdura,
colgaba del techo un cielo:
Del sangrado hubiese quedado la consciencia
si ella hubiera sabido que existía aún:
Dos hijos, al futuro lo que es del futuro,
dos padres, otra vez, y otra vez, dos muertes:
Y sin embargo se abren los dedos para vivir
aquella vieja historia que no pudo terminar la vida:

14.4.17

Cuerpo tercero

Las ansias de escribir sobrevienen
cuando nada se puede escribir:
O viene cuando las caracolas
están vacías del otro mar:
Quizá si la tierra dura que piso
fuera más amable, menos dura:
Pero fuera del estómago
está la fuente misma de la boca:
Y siempre se interpolan
las funciones de las variables:
Nadie me ha enseñado ciencia,
porque lenguaje muerto y trueno:
Ni es ciencia el ansia,
ni el ansia deja de ser deidad:
Y nada puede relacionarse con nada:
Aquí se hila el contratiempo,
la noche ciega de nuestra tristeza:
Mis palabras dormidas
sobre tu cuerpo abierto
 temblando sin mi cuerpo sin mí.

7.4.17

Anadli

La juventud nunca fue bella:
Simplemente dejamos de entenderla:
O quizá la olvidamos:
Días sin miembros,
amaneceres en los atardeceres,
noches de día, días sin sueño:
Metáforas de futuros probables,
necesidad virginal del abismo:
Y mis horas de arrugas:
Y mis huesos de horas:
Y mis huellas de tiempo:
Vieja arboleda donde abandonar la sombra:
De la sombra a los años
la sombra de cuerpo invicto:
En muros de momentos
y arquitectos relictos
vida a vida pasa la aguja de lo que muere:
Quizá la juventud nunca fue bella
pero bella es;
Son apenas mis años
olvidándose de mí.

5.4.17

Los años que queden

Que los años que queden sean bondadosos:
Sobre el tiempo bajo el tiempo mismo
el vino ahoga piedras en los coros de la locura:
Pan y sal y un ojo afuera y dos ojos adentro
la suerte del mineral donde sobrevive la angustia:
Unas cuerdas rotas, lira del viento,
sísmico encuentro de los solos y los muertos:
Infinitos bajo lo finito mismo
la sangre anega los límites de la soledad:
Matemáticamente un hueso, fiel al vacío,
insólito hallazgo en ruinas de recuerdos:
Todos asisitirán a la muerte del poeta,
con flores en los cabellos y lágrimas en los pies:
Posarán, erguidos los olímpicos:
campesinos bailarán al son del oro,
fieles orarán mordiendo otras lenguas,
todos quebrarán el día que llevan
sobre sus espaldas desde que nacieron
hasta que el tiempo se quiebre bajo el tiempo:
Y que los años que queden sean bondadosos.

1.4.17

Ver en vano

Cada vez que cierro los ojos veo:
la profunda luz de la tierra sin rostro:
los itinerantes dioses que amarran
la verdad a lo que la verdad ha destruido:
Veo al diente que le queda al mar
como un amor estancado en un faro:
Las sangrantes cavernas
cuya boca se abre entre los amantes:
El delirio donde queda sólo ayuno:
El seco vientre de mi madre muerta:
Mi mano sosteniendo
la última piedra del último abrazo:
La duda de quienes cosen
en el tapiz del tiempo:
Veo a la luna mamando luz
de las tetas estelares:
El rugido del alba y la caída del viento:
Veo los nombres del mundo
y los nominadores que en vano los pronuncian:
El duelo de mi vida propia
aún latiente pero tan desconocida:
Cada vez que cierro los ojos veo
la calidez de los abrazos,
un hogar en la cima de la locura:

Cuando abro los ojos
el mundo cierra los suyos.