23.11.16

Adiós, poesía

Cuando ni las palabras alcanzan, alguien dijo que se justificaba
la existencia de la poesía:
Esto es un claro error, es infavalorar la perspicacia del que todo lo nombra:
Y ¿dónde estuviste? ¿Qué viste? ¿Dónde viviste?
En un mundo sin palabras, vi un mundo sin lenguaje, viví lo silente:
Un adiós nunca es para siempre, ni siquiera es un adiós:
Es una excusa para dejar algo
y tener a dónde volver:
Pero si ese algo es tan abstracto que no puede siquiera formarse
en una esfera de titanita centelleante, o una calle inflamada,
¿Cuál es la excusa? El engaño, se supondría:
Como cualquiera en su rutina perruna, esto no es diferente:
Engaño e ilusiones falsas, para creer que algo nos espera:
En fin, sin inteligencia o inspiración mucho no se puede,
pero claro está que puede fingirse, como ya dijo Borges:
Y acá estoy, fingiendo desesperado,
pues una noche cerrada, una noche amenazante,
me dijo en sueños:
"Serás poeta o no serás nada":

Ignoró, quizás, que yo simplemente paseo
en el medio de dos términos tan relativos.