Si las correas de tu nombre:
Madre, apóstol sin cervical:
Y si las correas del hospicio:
Al cielo de tu rota espalda te atan:
Reza por el fuego que te preñó:
Que también se muere, Diosa:
En otra cama, hecha de costillas:
Ambos miran hacia el principio:
Mientras el final los mira de frente:
Y tales lechos como tumbas:
Parecieran haber sido paridos:
Un olvido sin muertos que recordar:
Y dinastía bajo cruz:
Nosotros, los restos de vuestras vidas:
Nos partimos la lengua:
Para que no sea pronunciado jamás:
El último nombre:
Semilla y sangre:
Dos silencios del otro lado:
La carrera silente del trueno:
Por quemar este árbol seco:
Que dos bestias en la estepa:
Plantaron para contemplar:
El fin del rey sentado:
Con sus plumas azules:
Cayendo en la boca:
De una luna sin rostro:
Hozanek, no hay nadie sobre el trigo,
las espigas lloran a tu paso.