13.11.14

Esto no es un poema

Bajo el sol de Noviembre, bajo su metáfora,
me reestructuro en otra extensión, la misma
que hace de la escritura un mito:

La biblioteca de Borges ha sido mi papel higiénico:
Me he comido, a falta de pan, los banquetes de Platón,
y los he vomitado sobre el cuerpo de Hobbes:
Crucé ilegalmente la frontera de Camus:
He rechazado a las borrachas putas de Neruda:
En un vaso de agua vi ahogarse a Defoe:
He prendido fuego los maizales de Steinbeck:
Hice títeres con el alma de Dostoyevski:
Vi a dios en el infierno de Dante:
Afeité a Nietszche para que fuera el domingo a misa:
Sequé el mar de Storni y ella volvió a la cama:
Llevé a Poe a una granja de rehabilitación:
Les di un reloj a las soledades de Márquez:
Receté Valium a Artaud, dos, tres veces al día:
Consolé a Bukowski cuando lloró por no tener un empleo:
Metí a Holan en una cama solar:
Comprendí que Cervantes leía libros de autoayuda:
Aplasté una cucaracha en mi cocina; Kafka sonrió:
Fui yo quien hizo olvidar a Godot de su cita, bebiendo en una taberna:
Reventé los ojos de Wilde en un espejo:
Saqué a pasear al perro de Verne y él se quejó de mi imprudencia:
En el Royal Opera House vi a Shakespeare comiéndose los tablones:

Bajo el sol de Noviembre toda idea es una revelación:
La verdad es lo que la idea no puede configurar o construir,
siquiera imaginar.
Aquí bajan los gallinazos oliendo la muerte de esta página.