Las fábricas no duermen, no duermen, miran
su propia boca abierta, boca de industria, agujero vacío:
Los obreros se mueren al regresar a casa,
luego de la comida revientan como una estrella en la soledad del espacio:
Y las mujeres los lloran, no por tristeza, sino por resistencia:
Y los hijos pierden la cabeza,
la ven rodar hacia el mundo exterior junto a su infancia:
Las zonas industriales suelen estar regadas de infancias perdidas,
llamadas a veces residuos tóxicos:
Por allí se pasea la muerte, adoptando hijos:
Aunque los pájaros embellecen de cuando en cuando el silencio,
son sólo eso, pájaros: Máquinas naturales siguiendo un patrón natural:
La belleza no reside ni en su canto ni en su plumaje,
sino en lo que rompen con el canto, lo que oscurecen con el plumaje:
Pero ningún poeta podrá comprender estas banalidades, jamás:
Insistirán en la belleza del mundo,
o harán alegorías espectaculares sobre lo mundano:
El lirismo y el obejitivismo son la misma moneda, sin caras:
La estructura preciosista y la caótica son gemelas:
¿Y entonces a qué vienen estas divisiones y estas diatribas?
A rellenar:
Como las fábricas rellenan con su propio vacío el vacío que son de noche
los poetas vienen a fabricar vacíos para rellenar la nada:
Lo que está después de la nada, sólo eso, merece ser contemplado en silencio,
hasta el olvido absoluto del lenguaje y su humanidad.