6.12.16

Adiós, poesía II

Si bien el sueño se difumina en cuanto trato de rearmarlo,
puedo reconocer fuerza en él, o nostalgia, o una posible extensión
de una posible vida mía:
Un voyage de autodescubrimiento,
o una necesidad de llegar a un lugar
¿al que pudiera llamar hogar?
¿Donde me esperaban grandes respuestas?
¿Donde encontraría mi finalidad
o mi fin?
En todo caso, la necesidad de llegar ahí era desesperante:
Nuevo México, EEUU;
Varado en la estación de ¿buses?
esperaba junto a otras cuatro personas (cuatro yo)
no sé qué para llegar al Lugar:
Dos jovencitas en un coche, dos bien americanas jóvenes,
se acercaron y se ofrecieron para llevarme (aquí estaba solo, ego):
La que supuse era la más locuaz y sociable
me dijo, sin haber dicho yo una palabra,
que sabía cómo llegar allí (there, there):
Tenía un beanie girs atrapando una frondosa cabellera rubia poco cuidada,
tenía unos ojos marrones atrapados en el blanco de su belleza,
tenía algo de sirena y algo de perro callejero,
y me decía con una sonrisa (si bien las gordas nubes tapaban toda posibilidad de cielo)
"Sé cómo llegar ahí, lo sé";
y sin más comezamos a viajar (los compañeros de viaje,
tanto los de ella como los míos, aparecían y desaparecían
según lo recurriera la situación, ego):
Pasamos por un viejo río donde el agua amenazaba la vida misma,
fuimos a la casa de una anciana dura, de esas que vieron
el comienzo y el final de todas las cosas,
que nos despidió con una advertencia:
Ella, la chica del beanie, me arrinconó casi llorando,
antes de volver a partir, y me dijo, tomando mi rostro entre sus pequeñas manos,
que quería más que nadie que encontrara el Lugar,
pero que no quería, a la vez, que yo "............................":
Luego de eso nos besamos, y luego de eso partimos con más tristeza que antes,
y luego de eso nos amábamos (oh, su sonrisa), y luego de eso todo era cada vez menos claro,
el sueño era cada vez menos sueño, la vida menos vida,
el Lugar menos significado, el viaje más difuso,
hasta que desperté, con el olor de la vieja realidad tapándome los pulmones:
Y triste me levanté, e hice el desayuno, y revisé mi correo,
y tomé vitaminas y un ansiolítico, y decidí escribir por necesidad (aunque tal vez,
toda mi escritura haya sido por ello) este sueño sin nada extravagante ni peculiar,
que me dejó en una angustia algo fantástica, o ajena, aunque mía (?):
Y escribí esto escuchando música y buscando,
primero en mi memoria y luego en la memoria virtual,
a la chica del beanie gris, pero nada satisfizo mi necesidad de recrearla,
y tuve que escribirla, y olvidar mi propósito real,
lo msimo que sucedió en el sueño, si usted que lee recuerda:
Empezó con la necesidad de encontrar un Lugar,
acabó con la necesidad de estar con ella para siempre:
Y así fui olvidando todo propósito o voluntad,
para rendirme a esta nimia e inútil tarea de recreación (apenas precisa),
y pensar que el sueño y el poema son formas baratas de mentirme,
que podría parafrasear a Yeats y decir que aunque ya estoy viejo de vagar,
por tierras ni bajas ni altas, descubriré dónde se ha ido,
y besaré sus labios y tomaré sus manos,
and walk among long dappled grass,
and pluck till time and times are done...
y con una lágrima despedir lo que no es ni será,
y escribirlo, quizá para convencerme de algo,
quizá para no olvidar algún detalle,
y terminar y seguir una vida patética
de sueño sin sueño,
de pronto olvido,
de lenguaje engañando el propósito del tiempo.