5.5.17

El orden de las cadenas

Nada puede llevarme cerca:
nada puede llevarme lejos:
Las huellas que piso son ajenas:
El Gran Otro me mira con sorna
tras los escaparates de una calle olvidada:
Voy a buscarlo, a preguntarle
quién es y por qué me mantiene
atado a toda esta ausencia:
¿De dónde has venido?
¿Cuándo naciste?
¿Quién te bendeció la sonrisa?
¿Quién te recuerda tanto
que existes?
¿Y por qué soy yo el que te ama,
si de tu sombra apenas me llega el rumor,
si de tus manos apenas me duele la falta,
si de tus ojos apenas me miran los míos?
Y por qué soy yo el que te duele,
si mío no eres más que silencio,
la sonrisa de una mujer,
 de abandono sin dicha,
de negros fantasmas componiendo
la última sinfonía de otro mundo.

Todas las cadenas se ordenan:
Atenea escupe al mar el nombre de Perseo.