10.8.15

La taza estaba llena de reflexiones sobre los colores del té

Un gorrión y una cigarra discutiendo sobre lo blanco sobre negro sin una sola contradicción sobre el estatismo o las ecologías misántropas luego de servir un poco de té desde la tetera multidimensional que conocerían luego como Doña Espejada vaciando el contenido sin saber que el contenido no podía vaciarse pues no lo habían pensado ergo no había contenido antes de verterlo ergo no hubo contenido hasta que la taza se llenó de él ergo no hubo contenido antes de que la taza se llenara ergo no hubo taza hasta que se llenó de contenido ergo no hubo ni taza ni contenido hasta que ambos interactuaron ergo la existencia es cuestión de teteras y tazas y tés luego de saborear más de tres sabores distintos en el mismo instante el sabor real el sabor deseado y el sabor saboreado coincidieron en que los sabores eran multiplicadores de la opinión tanto como la política y por tanto embotaban los sentidos pero sin sentidos no había sabores saboreados y por tanto el embotamiento era un límite de las glándulas llegada la tarde dura y solitaria como un espacio en blanco arrojaron a la imaginación el deseo del descanso porque la noche era próxima pero la noche no sería hasta que ellos no la vieran u olieran así que se quedaron con la noche imaginada que era igual de válida pero el cansancio era entonces un capricho de la conciencia las tazas de té estaban vacías casi sólo los restos esos que no se toman por razón que podemos deducir pero no explicar el gorrión dijo que se iba y alzó las alas considerando durante su despedida que el vuelo no era más que un ejercicio de la soledad la cigarra se apretó contra un tallo y emitió su canto constante la vibración en el cuerpo que no sabía de qué era y por lo tanto no era pero el canto se extendería si los chinos pensaban que era un símbolo de renacimiento y demás culturas las consideraban desde misterios enormes hasta plagas pero qué tipo de consideración era esa si se desconocía su tipo pero todos estos pensamientos eran inútiles en cuanto a práctica existencial mas no tanto en cuanto a ejercicio nostálgico y la cigarra se quedó cantando pensando en qué sentido tendrían todos los colores del té y si eran color sólo cuando se los veía o saboreaba o eran ya desde antes y no va que oye los pasos de un humano que volvía del empleo y la cigarra entre canto y canto socavando tanto pensamiento mientras que el hombre que recién regresaba del trabajo apenas si se quejaba del ruido del insecto y no pensaba en nada la cigarra contempló al cielo donde el vuelo del gorrión proponía tantas preguntas y luego escuchó el silencio del hombre en la casa el silencio del hombre ajeno a las alas y las reflexiones sobre los colores del té en la soledad humana