5.3.17

El guardián

No puedes contener la semilla que te sale
de los destinos saturados por dolor:
Pequeña uva de la nostalgia,
juegas con tus anillos de ira,
mientras una luz reposa en tus pelos:
Como tu guardián
me encomendaron hacerte entender
el amor de dios
en los fuegos que devoran tu carne:
en estos fuegos que se comen tu mundo:
Callada, apenas vives:
Tu padre fue asesinado por la madera:
a tu madre se la llevaron a rastra las cucarachas:
Tus hermanos mayores
mueren día a día en un silencio rocoso:
¿Y este pueblo de fanáticos y perros?
Donde te pudieras esconder
de las dentaduras que quieren tus piernas:
En el centro de la plaza mayor
una mujer da a luz mientras el gallo llora:
Tu frente está aplastada al cemento:
Tus pies aplastados en el cielo:
Mis alas apenas pueden cubrir
la totalidad de cierta tristeza:
Humana yaces entre las plumas gastadas:
Sin amor de dios ni platos calientes:
Y arrodillado junto a ti observo
tu silueta de escayola
tu posibilidad de trigo o estatua:
Ni padre ni madre se elevan
en el umbral de la puerta:
Sólo el horror se queda para que le rindas pleitesía:
Mi sombra te cubre, cálida,
pero apenas lo notas:
Mientras pones la mesa para la cena
un plato se cae sobre tu sombra blanca.