18.1.15

Epitafio de un vivo

Esta gente, estos poetas que ahora van
como si fueran huellas, dejando señales,
pidiendo que se los siga
como si fueran el hilo de Ariadna,
el fanal de los navegantes que vuelven del agua y la muerte:
Esta indiferencia de saber medirse
con la vara del mundo y no con la del espejo,
escasea como el fuego en el río:
Pero estos son los delirios de alguien que recién aprendió a respirar:
Lector, ignóreme siempre, olvídese
de la carne en proceso de descomposición tras estas letras:
Sobre ellas sólo vive su sombra:
sólo son ellas la verdadera vida
y la verdadera muerte.