26.1.15

Camarero, una mosca en mi poema

El sopor del verano me divide, insufrible,
soy dos que son nada, que son dos veces el dolor del infierno:
A veces, a veces las palabras no salen
porque han encontrado otra cosa que decir,
y se esconden de la miseria de uno por miedo a ser malentendidas:
Guardan reposo en la idea,
revientan como un trueno enjaulado,
y se lanzan sobre las páginas
como los jinetes del fin del mundo se lanzan sobre la tierra:
Hijos sin destino, chirrido de la cama de un borracho,
todo es palabra y asco, y fuego en los intestinos,
todo es sangre al trote y sudor paralelo:
Como ojos partidos por la tormenta
eufórica la palabra revierte la vista y posibilita el horizonte,
lo acerca para alejar al mundo donde se para,
y lo inalcanzable es lo que está ahí, al tacto de la piel en llagas,
lo imposible y perfectamente horizontal es la existencia:
Arañas putas de berreo insufrible palabras son las palabras:
Carne malparida por la ira del tiempo, herida y olorosa:
moscas que las ensucian,
moscas que las matan somos aquellos quienes osamos invocarlas.