Salgo al espacio que no puede contener todos mis huesos:
Escribiré poesía aún cuando he afirmado que la poesía es inútil:
Pero inútil es también vivir, y sin embargo se sigue,
pues todas las cosas hermosas rielan con su música incierta,
esperan pacientes ignorando el círculo ajeno de los relojes:
Una vez, de pie sobre el arado, miraba cómo colgaban del cielo
las tristezas de la pasada tormenta, jirones de gasa blanca las nubes
limpiando la sangre del sol que caía:
La sombra de un hombre, alargándose desde el horizonte hasta mis pies:
El hombre que nunca sería, mas aún bello:
se recortaba su figura contra el muro de los sueños, lejos, muy lejos:
Una serpiente enrollada a mi brazo izquierdo, del color del miedo,
circulando tranquila sobre la piel erizada,
circulando por mi existencia como el río callado,
el río infinito y silencioso que tocaba los costados de una tierra estéril:
Y en él el agua hermosa, desnuda y sosegada,
imitando los rostros de hermosas mujeres
que regresaban del funeral de mi memoria:
Un cerezo regalado plantado en la boca de una niña,
niña que torcías cucharas con la esperanza y esperanzas con los ojos,
de bello encaje tu vestido, libre de zapatos, hermosa niña de los sueños:
Hermosa la lágrima de un venado muerto,
hermoso el latido de una manzana enterrada en el humo,
hermosa la montaña quieta sobre los huesos de la ignorancia,
hermosa la tierra mojada que entra en la boca,
hermoso el corazón callado que calla el absoluto:
Estelares pensamientos como truenos, rayando la noche inevitable,
la noche de la cabellera suelta y la imaginación rota,
los amantes huyendo como ratas a su guarida,
con los dedos y la boca rota,
desesperados por entrar al infinito en la hermosa noche
de hermosas carnes abiertas, meridianas, como flores hermosas:
Todo lo que huye de mi tinta, inclusive la tinta misma huyendo
hermosa hacia sí misma:
Soy lo que está detrás de todo esto, observando cada cosa,
oyendo, con el oído suave de tanta soledad y belleza, cómo todo se existe,
cómo todo, a pesar de mí, se escribe y se existe:
Palpitante espejo que rutilas a la mañana
donde me despiertan todas las cosas hermosas.