El poeta se erige sobre la humanidad como un insulto:
Un dolor en el estómago, un rasguño en el manicomio:
Lenguaje prestado y existencia prestada:
Sin palabras el mundo sería del mundo:
Pero el hombre eje poetiza sobre la irrealidad:
Los hay benditos, llenos del espíritu de la lengua:
Suelen impartir lecciones que ni ellos acatan:
Un cerco donde jugar con la palabra:
Un cerco donde jugar con los que se alejan de la palabra:
Son los dioses, míticos, desplegados sobre atenuantes y humos:
Son los sagrados, inmortales ya hechos mármol:
Por su idea y su palabra:
Y los ratones que oyen la flauta del poeta,
uno a uno van cayendo en el pozo del lenguaje:
Lector, es recomendable romper sus tímpanos y arrancarse los ojos:
Nadie le debe una explicación sobre lo inexpresable,
pero los poetas insisten:
Usted se dobla sobre la página leído:
Es usted el escrito, es usted esa palabra:
Usted es el poeta, y el poeta el lector de su finitud y su futilidad:
Por ello escribe el poeta,
para dejarle explicaciones vagas
al recuerdo que, como un niño confundido,
abandonado por su creador,
será.