Las ansias de escribir sobrevienen
cuando nada se puede escribir:
O viene cuando las caracolas
están vacías del otro mar:
Quizá si la tierra dura que piso
fuera más amable, menos dura:
Pero fuera del estómago
está la fuente misma de la boca:
Y siempre se interpolan
las funciones de las variables:
Nadie me ha enseñado ciencia,
porque lenguaje muerto y trueno:
Ni es ciencia el ansia,
ni el ansia deja de ser deidad:
Y nada puede relacionarse con nada:
Aquí se hila el contratiempo,
la noche ciega de nuestra tristeza:
Mis palabras dormidas
sobre tu cuerpo abierto
temblando sin mi cuerpo sin mí.