Juré que no moriría sin antes volver a amar:
Juré que resistiría el canto metálico de los gallos infinitos:
Juré que doblaría el sentido del invierno:
Pero mi corazón es débil, y se queda dormido a veces,
al costado de los desiertos y los mares:
No pasará de muchos abriles, no llorará
demasiadas lluvias:
Juré cerrar los ojos de Pandora, pasear su caja:
Juré tocar, solamente tocar, la tibieza del sol
si tan solo yaciera en mi cama:
Juré domar el corazón de la tormenta:
Juré morir por amor antes de morir:
Pero aquí me ve, lector,
escribiendo mi propia tumba,
cavando mi propio poema.