10.5.16

Lo que no alcanza

No me busques con tus ojos humanos,
pues no sabré qué decirte:
En la infamia del callado motor nocturno:
Te sueño como un pedazo de titanio,
como un argumento asmático,
como una diosa sin consorte:
Tu belleza secular, dolorosa:
Reposada por encima del pensamiento
pero por debajo del deseo:
Todas las metáforas se harían antropomorfas en tu presencia:
Por ello he intentado comenzar este poema,
pero me he quedado en el intento:
No hay maneras de describirte sin humanizarme:
Y créeme, amor o locura,
que bajo la sombra de tu rostro
lo último que deseo es ser humano.