Deja crecer tu pelo como la marea o la lluvia,
que alcance mis estaciones, que son tristes y blancas:
Hay una Roma en tus alas, hay un imperio en tu sonrisa:
Hay reyes en tus fibras, océanos te llenan la boca:
Lluvia, domingo, una protesta en el límite de la humanidad:
Todo lo inflama, tumba, ya rosa, ya grito:
El sur se dobla, es otro, el frío no alcanza para
cerrar todas las puertas de los hoteles:
Águila ciega, paralelo de lo perfecto,
deja crecer tus manos como raíces,
que crezcan en mis huesos,
déjame quitarte la muerte con la boca:
Húmedo milagro, pampa que late bajo mis uñas:
Como una vela, ve apagándote
para ser de la misma oscuridad
que esta noche nos hace.