18.8.14

Qwerty

Hay días de sed como perros en la boca,
soles como estatuas secas de tanto amanecer
y caer en el olvido del ocaso: Muerte ya roja:
Hay estaciones en los ojos, y relojes en las muelas,
zarpazos de leones moribundos en el amor:
Hay un día de presencia y otro de hierro,
hay fuego en la casa y una cruz en el cielo:
Hay muros tristes, sin nadie que los cruce:
Hay tu boca cruzada por una estrella de sangre,
hay tus manos torcidas por el llanto del viento:
Y en esta sombra que me desconoce,
en esta que es espejo de quien no soy,
hay una verdad inmutable, pero en silencio:
callada solo por saber tu nombre.