16.10.14

Final de exponerse, editorial, Jueves 17 de octubre de 2014

Escribir en plena luz del día es abrumador. El calor, la indiferencia del sol, la ira del fuego escondida en esa indiferencia. Y pensar lo es aún más, aunque inevitable. Me he hartado del circo literario. Mucho. Lecturas, libros publicados porque alguien sacudió su bolsillo, biografías grandilocuentes, gente con historias que contar, historias que realmente no son interesantes. Las historias que podrían sacudir al mundo literario no se cuentan porque a estas personas se las comen las circunstancias. Engullido por la realidad, uno no puede darse el lujo de doblarse frente a una página en blanco: Ya está doblado sobre la vida. En mi intento por ser algo, alguien, veo que soy una idea de mí mismo, algo que nunca puede suceder. En ese intento está la poesía. Una farsa completa, una feria barata de metáforas y elusiones y adjetivos. Este circo es el recuerdo de alguien, y ese recuerdo sólo causa dolor. Pretendo no dar más por sentado que soy un escritor, que escribo, que lo hago y soy, que muerdo el vacío con las manos. Mis circunstancias le ganan a la letra. O al menos a lo que se pretende de ella. Este será el último escrito que salga de este espacio, que es el único donde me siento protegido. Quienes quieran leer, van por su cuenta. Toda otra red social será ignorada. Toda esperanza de publicar, suprimida. En este sótano del alma me encuentro y me encierro. Si en medio de toda esta tormenta hay todavía laberintos literarios me es inexplicable. Lo que es seguro es que ese laberinto no tiene una salida, y está condenado a repetirse una y otra vez, para suplicio de quienes se acercan a la poesía como si se acercaran a una animal manso. Animal que luego va a arrancarles la mano. Porque escribir es parte de un proceso de negación, es otra fuga. Un mecanismo simple, barato. Pero que cuesta la vida. Y si sigo insistiendo en poner por escrito lo que ignoro, esto es, la realidad, es para evitarla. Escribir, es, entonces, una cuestión de supervivencia y, a la vez, lo que la pone en peligro.