Escribir es masticar,
digerir ideas, atragantarse con sentimientos,
vomitar obsesiones:
Luna de hierro, a contra luz se confirma eterna:
Mas tu sombra bajo ti mismo
se proyecta mortal,
como esa carne que llevas colgando del alma:
Dos días, ciclo natural,
restos de poetas entre las hiedras,
callado, mudo, tigre, el silencio observa a
su próxima presa:
Sangre, de duelo, palta en los huesos,
fluyen los ríos por cabellos santos,
sí, sí,
ella, la gitana que amaste,
en contraposición a tu ausencia,
sobre brasas muertas:
Razón de ser y vuelta atrás,
el fuego es lo que el agua apaga:
Se ignoran estas ideas,
se ignora la palabra,
se comen los vacíos finales,
se regresa al final, máquina de guerra,
los dientes del silencio por fin hundiéndose,
y esto
empieza a desintegrarse:
Qué es esto?
Un sinsentido que usted, lector,
ha masticado:
Escribir es leer la propia ausencia.