La lanza de Longinus en mi costado,
el costado que está ausente:
Si todo regresa a la nada, la nada es una forma de gula:
Todo lo que existe se revuelve en tormentas de espadas,
pólvora, ajenjo o milagros:
Y regresa a la nada:
Y el costado presente, lleno de moretones y cucarachas,
de viento norte doblado como una serpiente:
Bellas las cunas de roble donde se hamaca
el rubio amanecer, riela sobre el mundo la hojarasca:
Duerme lejos del ser, la tumba del pasado,
la siega donde todos ruinaban la trilla
por un rizo de la nívea muerte:
Sus pechos de barro y leche temblando
entre las manos de los segadores y los dioses:
Y ella se encarga del todo, lo revienta, toro de mil cabezas,
deseos de ormolu salpicando el banquete final:
Mis dos costados se muerden, sangran viento, vino, agua:
Sangran tiempo:
Tiempo que regresa a la nada,
todo que regresa al todo, la nada; yace rósea esperanza en tu lecho:
Exhausta la nada del festín, marca el norte y nos vomita:
A todos nosotros,
vómito de la nada.