30.11.13

Foto del tiempo


Ha sobrado quizás el tiempo
desde 1915 hasta hoy, hoy que nada nace o muere:
Todo migra del alma al cuerpo y se quema en la tristeza.
Cuando ayer se alejaba el callar, indio, flúor, de tumba,
de tumba pasada por agua de los pozos ya nidos:
Cuando ayer los muertos birlaban la alegría de no ser al granito
o a los amantes fusilados por el vacío del amor,
todos los vivos aquí bebíamos las pieles de nuestros hijos:
Ellos son mañana, o lo eran mientras duró el ayer:
Y si mañana ella es aún hermosa bajo el luto
y él sigue brillando como un vidrio al sol,
rige la cabeza y camina entre los creadores con denuedo de titán,
nada volverá a verte tan magnífico como el mañana:

Pero hoy, hoy en este lamento de tiempos sin pertenencia,
guárdate en tu habitación, en esa que eres tú mismo:
El pasado y el futuro son dos ventanas que miramos incesantemente
y el presente una puerta que nunca terminamos de cruzar.

Hacedora


 Cómo calla la mañana cuando la ternura:
Es ella la que en su lábil garganta
quema el grito partido de un mar atragantado:
En el lomo del océano abre su carne
y los olímpicos se disgregan luego de beber la tormenta:
Y es en el arenal donde reposa la locura,
cosa pequeña que el viento hecho de sal carga:
Cromadas las algas, extinta la flor del tilo y despierto el manzano,
a pesar de estar yermo mi orgullo despiertas:
Una legión de ojos, falange de irises y pestañas,
salen de tu cara, que tiene algo de sangre y algo de miel,
y te recibo:
Muerdes, abres, rompes, hierves:
Sobrepasando el hueso, el espacio del cielo
vencido
por la yema de tu dedo,
por tu beso acabado:
La ternura ha sido hecha.

8.11.13

Desespero

La única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna.
Virgilio

Si pudiera ver mi rostro, lector/
cayéndose a pedazos/ si tuviera rostro/
y usted pudiera acariciarme hasta que me durmiera/
pero ese pedazo/ que acaba de pisar/
era mi rostro

Al buscar

Estoy buscando a quien de madre tenga los pechos,
la emulsión manantial que me alimente:
Estoy buscando a quien de padre tenga la voz,
el bufido gutural que me amanse:
Estoy buscando a quien de hermano tenga los brazos,
raíces que me nutran la tierra con sangre:
Estoy buscando a quien de amigo tenga la risa,
música abierta que me cierre la pena:
Estoy buscando a quien de amante tenga el beso,
abismo de lengua y dientes que me desaparezca:

Mas a silencio me llama la muerte en un manglar,
cuando la densa calina cae del pensamiento a la mañana:
Poeta ingenuo, brama, Lo buscado es lo que busca,
y todo lo encontrado no puede ser más que en la misma palabra:
A nadie esperes cuando te corre el insomnio.

Cerré la puerta, me sequé los ojos, suspiré:

 Todos ellos cayeron al poema. 

6.11.13

La prueba


Mi cama era un océano al despertar, lector:
No sabrá creerme, pues los sueños son mentiras del despierto:
Pero al despertar nadaba en un estero de olvido,
me duplicaba la cerviz levantándola como una coral,
al jayán soñado maldecía, de viejo estío muerto sobre huellas:
Lo amé a usted, lector, pero vacié el costal de mi vagido
y en el albor de su conciencia fui otro montón de palabras,
todas bellamente acumuladas como hojas de otoño:
Usted sabría pisarlas con inocencia:
y hacerlas reclinar sobre su pecho me fue imposible, lector mío,
en eriales distantes su dicha era el espejo mil veces roto,
las palabras mil veces dichas:
Fue ese el momento del llanto y el naufragio, lector:
Para probárselo me arranco ahora la cabeza

y se la dejo sobre esta i. 

5.11.13

Fiebre en las palabras

Cuando de noche se desea el día,
pero sólo en el sueño del ojo se abre el alba,
la tristeza no tarda en llegar:
(La noche abre una tumba
y echa tierra sobre mí
porque muerto me he acostado
para engañar a la vigilia)
Pero todo lo sabe el ojo que crece,
y ningún cordero podrá jamás engañarlo:
Los lobos corren, también, de acá para allá en la negrura,
pero el instinto es apenas la voluntad de la noche:
Ella juega conmigo sobre un tablero de Fischer,  
y soy aleatorio como todos los hombres:
Mis palabras son inciertas y están enfermas,
porque, bajo la fiebre del insomnio,
 no saben qué he querido decir con ellas.

4.11.13

El quemado

Hay a la madrugada un fuego
que me quema la madera del ojo,
que me ceniza los recuerdos,
que fuga el aire de la sombra,
sombra que está sola a pesar mío:

Hay a la madrugada un fuego
que se despierta para quemarme:
Yo intento apagarlo desesperado siempre:
pero las palabras no son tierra ni agua,
y escribo agua o tierra

 mientras me incendio. 

3.11.13

Intereses


No me interesa el ojo. No me interesa el cerro.
No me interesa el dios. No me interesa la cicuta.
No me interesa la piel. No me interesa la reina.
No me interesa el cielo. No me interesa la saliva.
No me interesa la fuerza. No me interesa el trueno.
No me interesa la eme. No me interesa la hiel.
No me interesa el sonido. No me interesa la rabia.
No me interesa el olvido. No me interesa el ala.
No me interesa el retablo. No me interesa la lástima.
No me interesa la cura. No me interesa la fe.
No me interesa la muerte. No me interesa el hueso.
No me interesa el niño. No me interesa el viejo.
No me interesa la sangre. No me interesa la cena.
No me interesa el amor. No me interesa la lágrima.

Solo me interesa el todo
que es una forma
de decir infinitamente

nada. 

2.11.13

La tumba de las verdades

Párpados en éxtasis, carne en desaguados laureles,
es indiferente la huella del zapato,
porque uno guarda recuerdos y el otro añoranza:
Son uñas rompiendo la pampa,
sauces horizontales, prismas enlucidos en cámaras funerarias:
Es, apenas uno y solo ello,
el sueño cayendo del piélago al limbo,
contrario a los deseos de cualquier hombre inocente:
De la luna hecha un día como ojo negro,
todas las noches se suceden en solo un día:

Guarda tu tristeza:

la historia es el cementerio de las verdades. 

Un invierno

*El General Barro viene a taparnos,
y en sus estepas nos abrigamos con el cuero
de un tigre de Ussuri que matamos con la tristeza:
Hay un odre, también, que en días mejores llenamos
con kvas y lágrimas borrachas de tanta soledad:
ahora bebemos con la culpa del celo:
Debo decir que, blanca, eres más precisa,
y te nutres de la nieve prodigiosa que late en la albura de tu ojo:

*Bajo un rugido del Cáucaso
vemos descender toda la humanidad,
una avalancha de huesos y relojes,
endurecidos de tanto miedo:
Son ellos los que supieron cuando el amor
debía volverse una verdad y no belleza:
Lo pagaron con silencio,
pues nada puede nombrar a la hermosura.

*Nosotros, rotos, querida, y así sucedemos:
Pero aún la cercanía de la muerte nos despierta,
y esperamos como cascajos de nuestra historia
a que ellos nos ejecuten y nos entierren:

 *Mas nada ahogará estos dos alientos

encontrados como bestias en la tundra.

1.11.13

La nueva o vieja historia

Entre las pilastras que sostienen un arquitrabe inicuo
sueltan las palabras sabios fantasmas de una historia muerta:
Por olvidados se les dio el conocimiento,
mas se asustan de saber todo secreto susurrado
en las bóvedas de crucería:
Cada intersección guarda un recuerdo, y allí todo recuerda:
La sangre, el semen, las lágrimas, la saliva,
ríos infinitos se han atado en ellos hasta este momento:
Al otro lado de las arenas mordemos la estepa:
Y por eso te miro, asustada de ver un fantasma tan lejano:
La cabaña cede a la nieve del recuerdo y la genética:
Me dices que te abrace, pues se han reunido todas las verdades
y todos nuestros muertos las reclaman,
heredando nuestro conocimiento,
conocimiento del pasado que se asusta del ahora:
Solo sabemos lo que no han sido,

y esto es demasiado peligroso como para crear una nueva historia.