4.11.13

El quemado

Hay a la madrugada un fuego
que me quema la madera del ojo,
que me ceniza los recuerdos,
que fuga el aire de la sombra,
sombra que está sola a pesar mío:

Hay a la madrugada un fuego
que se despierta para quemarme:
Yo intento apagarlo desesperado siempre:
pero las palabras no son tierra ni agua,
y escribo agua o tierra

 mientras me incendio.