6.11.13

La prueba


Mi cama era un océano al despertar, lector:
No sabrá creerme, pues los sueños son mentiras del despierto:
Pero al despertar nadaba en un estero de olvido,
me duplicaba la cerviz levantándola como una coral,
al jayán soñado maldecía, de viejo estío muerto sobre huellas:
Lo amé a usted, lector, pero vacié el costal de mi vagido
y en el albor de su conciencia fui otro montón de palabras,
todas bellamente acumuladas como hojas de otoño:
Usted sabría pisarlas con inocencia:
y hacerlas reclinar sobre su pecho me fue imposible, lector mío,
en eriales distantes su dicha era el espejo mil veces roto,
las palabras mil veces dichas:
Fue ese el momento del llanto y el naufragio, lector:
Para probárselo me arranco ahora la cabeza

y se la dejo sobre esta i.