Ha sobrado
quizás el tiempo
desde 1915
hasta hoy, hoy que nada nace o muere:
Todo migra del
alma al cuerpo y se quema en la tristeza.
Cuando ayer se
alejaba el callar, indio, flúor, de tumba,
de tumba pasada
por agua de los pozos ya nidos:
Cuando ayer los
muertos birlaban la alegría de no ser al granito
o a los amantes
fusilados por el vacío del amor,
todos los vivos
aquí bebíamos las pieles de nuestros hijos:
Ellos son
mañana, o lo eran mientras duró el ayer:
Y si mañana
ella es aún hermosa bajo el luto
y él sigue
brillando como un vidrio al sol,
rige la cabeza
y camina entre los creadores con denuedo de titán,
nada volverá a
verte tan magnífico como el mañana:
Pero hoy, hoy
en este lamento de tiempos sin pertenencia,
guárdate en tu
habitación, en esa que eres tú mismo:
El pasado y el
futuro son dos ventanas que miramos incesantemente
y el presente
una puerta que nunca terminamos de cruzar.