14.5.14

La broma

Hay un espacio para la risa, un hueco en el estómago,
abierto por el rejón de la realidad:
Un hueso quemado por el salobre, un círculo romboide,
un beso sin saliva, un papiro mojado, un horizonte al que se llega:
Hay lechuzas en los huesos e historia en los residuos,
más de ella no hablan sino los cobardes que han sobrevivido:
Lo que organiza el chiste es la carne,
pues de ella se desprende todo escenario:
Hay quienes afirman que el asesino de Filipo II
debe atestiguar la miseria eterna de su familia,
convertidos todos en estatuas blancas:
Otros que los idólatras españoles
deben embalsamar los 8 cuerpos de Atahualpa
en habitaciones verticales que incesantemente
se llenan de oro:
Otros que la serpiente debe morder su cola
con la boca de su espejismo
bajo las hojas del sendero Mohawk:
Todo balance es una equivocación del caos,
he aquí el chiste.
Siéntese en su cómoda silla o su roñosa cucha, lector,
lea este poema y búrlese de él,
luego mire hacia abajo y recuerde

que la broma es a cuesta suya.