20.2.17

Sandra Figueroa, un poema (2)

Entonces que esperabas
era de noche
y claxon antiguos melodiaban 
entre los árboles,
dije nada pensaba nada sin florecer.
Que esperas, querida, que es.

Luego de horas escritas, 
quise sobre el tiempo venidero
que venga así de fresco y simple
que me ayude a girar a gritar o entorpecer
que me deje soñar que no deje de soñar 
que no deje de hablar y de cantar que no dejara:

soleado corazón 
entre los árboles; 
testigo  
en nuestro tiempo testigo, 
luz y sombra, 
barro, día, testigo, actor, 
¿no gira la magia,   
entre calles empedradas,
como una música 
para los días venideros?

Quise un futuro,  
vital como ferrocarriles, 
que gire que curve, circunvale,
acompañe, acompañe, vida,
poesía; 
única verdad que poseemos.
 
Que avance 
sobre los días,
sin mas temor 
que la propia voz 
tan lejos y tan cerca.