Entonces que esperabas
era de noche
y claxon antiguos melodiaban
entre los árboles,
dije nada pensaba nada sin florecer.
Que esperas, querida, que es.
Luego de horas escritas,
quise sobre el tiempo venidero
que venga así de fresco y simple
que me ayude a girar a gritar o entorpecer
que me deje soñar que no deje de soñar
que no deje de hablar y de cantar que no dejara:
soleado corazón
entre los árboles;
testigo
en nuestro tiempo testigo,
luz y sombra,
barro, día, testigo, actor,
¿no gira la magia,
entre calles empedradas,
como una música
para los días venideros?
Quise un futuro,
vital como ferrocarriles,
que gire que curve, circunvale,
acompañe, acompañe, vida,
poesía;
única verdad que poseemos.
Que avance
sobre los días,
sin mas temor
que la propia voz
tan lejos y tan cerca.