26.2.15

La idea suicida (entiéndase la idea como una existencia suicida, no como la idea de suicidarse)

La realidad es todo aquello que no podemos razonar, ni desear, ni imaginar. La realidad es lo que es ignorado por el ser humano. Muchas ideas de realidad se han dado y todas difieren del núcleo de la idea. La idea es creación del instinto en proceso de supervivencia, esta es, la conciencia. Si el ser humano es un error de la creación, lo es también la conciencia y lo es también la idea: Lo que se considera como existente es lo plasmado por la esperanza del pensamiento, también conocida como supervivencia. La supervivencia es, entonces, el mecanismo mental a través del cual el ser humano niega la realidad. Esto se da porque la realidad, lo desconocido, se siente como amenaza. La voluntad de vivir es un mecanismo de defensa contra el hecho de que la raza humana es indiferente para el mundo, puede existir como no: el mundo seguiría su curso. Ante esta reacción del instinto, el ser humano desarrolla el pensamiento, y el pensamiento es negación. Pero, ¿cómo puede el ser humano negar lo que desconoce? Esta pregunta no podría siquiera existir. Lo que se desconoce no puede ser negado o ignorado porque no existe. Esto advirtiendo que lo que se supone como existencia es una lógica o una teoría del pensamiento. ¿Y si no existe la existencia? Digamos, todo conocimiento es teoría de la existencia, en realidad, de su posibilidad. La ciencia da hechos, pero estos hechos varían de conceptos humanos. Más allá de que sucedan, la idea es lo que se percibe, no la realidad. Toda explicación es idea. ¿No es acaso el concepto de conocimiento objetivo un razonamiento humano? Entonces, ¿cómo sabemos que los hechos son totales, es decir, que nada se le ha escapado a la mente humana? ¿Que lo objetivo es irrefutable? Quizá todo lo que esté explicado sean apenas fragmentos de la realidad, una aproximación vaga. La realidad existe independientemente de las ideas, entendiendo como existencia algo que es por sí mismo, sin necesidad de nociones o disquisiciones. El ser humano se vio obligado a desarrollar la conciencia como se vio obligado a caminar en dos patas o tener un dedo diferente al resto de las razas. No tuvo otra opción. Su libre albedrío no es más que una ilusión de la voluntad de supervivencia. Tuvo que desarrollar esto para liberarse de la realidad. Este gran agujero en el conocimiento humano es lo único verdaderamente posible, pues lo demás es todo teoría. Piense, todo en el mundo es discutible, argumentable, cualquiera puede tener una opinión sobre cualquier cosa, vivir su vida sin mayores problemas. ¿Acaso el científico que “está más cerca de los hechos objetivos” vive de diferente forma a quien teoriza sobre la vida más allá de la vida? ¿No son ambos destruidos por esta idea conocida como tiempo, quedándose sin respuestas? La vida humana y todas sus clasificaciones son volátiles e insignificantes. Este límite de la existencia (y su concepto) es la realidad en ¿movimiento?
-La existencia es una idea del ser. Una respuesta del pensamiento. Una representación de la supervivencia.
-La realidad es lo que se ignora.
-La realidad es lo que no existe.

En la tercera tercer proposición de este silogismo podemos ya apreciar un sofisma, porque contiene la palabra “es” en ella. Es, de ser, refiere a la existencia. Esto prueba la imposibilidad de acercarse a la realidad, incluso pensada como algo ajeno a todo conocimiento humano. Agregaría entonces que lo que no existe es lícito, porque mis limitaciones no moldean ni determinan las posibilidades excluidas de mi pensamiento.