28.2.15

Shrapnel

Cargado de fango y sin fango con los dientes en los ojos
bajo el pedestal de los poetas con pies de lobo:
Que los lobos no tienen pies sino su fantasía:
Riego el parapeto del sol con el que florecen los índigos y las musas:
Fracciono, digo, divido el átomo del silencio sin la palabra:
Imposible cultura de la existencia,
posibilidad del espejo en las panzas de ratas pletóricas de sangre:
Vaciado de estómago y lleno de hambre,
fugo el idioma de los reyes y sus cónclaves,
sus espadas chorreantes de justicia, sus morros famélicos:
¿Qué hay en el estómago de la palabra?
¿Poesía, acaso? ¿Vacío? ¿Huesos de poetas?
Hay nada, hay todo:
No hay haber:
Recorrido y desfigurado por las diagonales del mundo,
me rindo ante la duda que propone
toda certeza marcada con tinta:
Esa que se borra con el codo de la locura,
ese fragmento de un ídolo blanco
descuartizado frente a la mirada enfebrecida del barro ya Eva:
Por pedazos me uno a mí mismo,
con las manos temblando ante la indiferencia de la palabra.