Queda cerca el agua, y está muda de
susto:
Ha tocado tu costado, que es de
horror, bestialmente bello,
y ha besado una nota blanca en tus
dedos fríos:
Besarte es como conocer el destino,
reconocer a los hombres por sí
mismos en una muerte sola,
transparencia que es total en tu
ausencia:
(Los caminos son hojas de afeitar
si los recuerdas:
tus pies sangraban sobre laberintos
de tierra profunda,
tu niña de ébano o cristal se moría
en tu sangre,
y tú la mirabas desde el pretil de
un pozo de agua
y tirabas de la polea para ver tus
ojos subiendo:
desde las entrañas del agua muerta,
desde el olvido del agua)
sí, tocarte, que es otra manera de
borrarme, desvanecerme:
tocarte y borrarme
para ser parido nuevamente por tu
boca, páramo ahogado,
crecer en tu carne de diluvio,
madurar en tus movimientos de céfiro:
ir por el agua, esa agua asustada y
muda y casi muerta:
espejo donde ocultas los ojos:
ojos donde los míos van a reposar
cuando se cansan de sí mismos:
Revientas en la distancia como
todos mis silencios,
y bajo el agua está tu grito,
vaciando el cielo,
secando la tierra,
llenando el agua.