31.12.13

El pueblo

Veo este pueblo, carcasa de humo, tortuga fiera, 
y en él pasean de la mano muertos y vivos,
y los vivos reclaman la muerte, y los muertos la nada: Veo horizontes flexionados sobre ortigas y lágrimas, sobre cabezas de hierro hay nubes con fiebre, y llueven números, a veces letras, jamás palabras: Veo el fresno entre las piernas de mujeres estatua, palomas con alma rebasando el pensamiento: Los sabios son los que migran entonces, el pueblo va muriendo: Hay roca que habla y tierra con músculo, hay vida imposible en los destinos paralelos, hay silencio en el pueblo y hay una campana sorda, y quien sobre todos reina se llama a silencio, y yo le describo el final de la fiesta confundido: Apenas me mira con ojos de olímpico, con semblante de sismo, y abre la boca, roja de cereza y sangre, y modula como un trueno: “La única forma de ser real es no ser nadie; nada. La única forma de la nada es la realidad.”
Yo apenas pude señalarle que había manantiales abriéndose en los huesos, y que no había nadie escribiendo estas palabras.