Uno es el peso
de todo lo que tiene:
La casa, sus
muebles, los amantes, sus hijos,
el empleo, la
paga, las salidas de verano,
las canciones
escuchadas, las películas vistas,
los libros leídos,
los bailes bailados,
las
enfermedades, los análisis,
las aves oídas
al pasar, el horizonte contemplado,
los castillos
de arena, los muñecos de nieve,
las tazas de
café, los termos de mate,
el sudor
sudado, el aroma de animal,
las pieles
acariciadas, las lágrimas lloradas,
la leche
mamada, la sangre derramada:
Pero en el
umbral del fin del mundo,
la hora de las
glorias rotas y la lira,
será apenas el
alma la que duerma
en la palma de
una mano,
pesando
nuevamente lo que no pesaba:
Y cuando esté pariendo la muerte
te dirán de qué sexo es la vida,
y que tú no
eres el padre.