Al llover callo; undosas son las gotas,
así como sus designios:
Quién, convaleciente, férreo el tendón del alma,
abrazaría la posibilidad de dejar de oír tan falaz armonía:
quién osaría sacar de su cubil los chapines imperiales
para calzar en ellos los pies agrietados:
de vejez o de agua
la piel se cansa:
Retribuidos se duelen bajo los osarios algunos reyes,
mientras de luz carecen los huesos de la plebe:
Si su sombra lastima es porque está vacía.