28.7.13

La moneda de tres caras

¿me avisará cuando estén listas las imperatorias, mama?
papa, ¿volveremos a lujar los bordes del chapín imperial?
sueña, él pregunta,
rebasa el arco entre el plenilunio y la conjunción,
entre la resaca y el reflujo,
arrodilla su magín ante el Garona y extiende las lanzas de los carolingios.
m´ijo, venga a segar
¿debo, papa?
m´ijo, venga a segar
¿veremos otra vez a los seis Jizo? ¿la porcelana?
m´ijo, la siega
mama dice que la moneda es la que ha cambiado,
que ahora rueda cuesta abajo pastoreando los rebaños,
que estaca los verticales de la horca,
que demanda lo que deben parir los huertos,
que esconde medio pecho de luna.
mama, ¿ya no tejerá el oro sobre la carne de los yaguaretés?
papa, ¿ya no domará a las matriarcas en los lechos de amatista?
pregunta él, la tercer cara de una moneda
que comida ya muerta por los gallinazos de caliza