*La poesía me ha vuelto
loco.
Derramada la tinta y
quemados los dedos, entre los ojos, sima;
al mundo, se ve, falsea una
calle y la hace laberinto:
detesto perderme en las
calles.
*Lo que creía era un árbol
es el monstruo de mi infancia:
la muñeca de ojos infinitos
que corría sobre mi cama.
*Oh, cama, lodazal de
pesadillas y juncos, misterio donde dormía:
ahora late bajo mi
espinazo, murmura en hilos un espanto.
*Beso una boca que amé en
invierno:
arden los labios, besan
acerbo engaño rollizo;
supongo que el amor engaña
siempre.
*Al oler el pasto quemado
por la escarcha el amanecer grita:
a mis oídos los llena la
incertidumbre del celo
y los dedos se me van para
adentro de las manos.
*Tengo el estómago lleno de
palabras afiebradas,
y ahora hablan, se
desprenden, saltan, me dominan:
*Es la primera mañana de mi
locura total
y busco tus suspiros de
cuando yacían junto a mí:
Pero la poesía se lo ha
llevado todo.